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Hallada la primera momia egipcia embarazada

El descubrimiento abre la puerta a estudiar la gestación en la antigüedad y el desarrollo de los fetos

Marc Español
La momia egipcia embarazada es observada por investigadores del Warsaw Mummy Project.
La momia egipcia embarazada es observada por investigadores del Warsaw Mummy Project.BARTOSZ BAJERSKI bajerski.org

Una reciente investigación radiológica de una momia egipcia supuestamente procedente de las tumbas reales de la necrópolis de Tebas, en el sur de Egipto, ha sacado a la luz el primer caso conocido de una mujer embalsamada que estaba embarazada. La momia, que ha sido examinada por un grupo de arqueólogos y bioarqueólogos de la Universidad de Varsovia, en Polonia, se cree que pertenece a una mujer de la élite tebana y data del siglo I antes de Cristo, pero se desconoce quién era exactamente.

El feto, que fue momificado junto con su madre, no se extrajo de su ubicación original y se dejó intacto en el útero, y su posición, contraída

El detallado examen de la momia, que ha usado la tecnología más avanzada, ha permitido revelar que la mujer murió entre los 20 y 30 años, cuando se encontraba entre la semana 26 y 30 de gestación. El feto, que fue momificado junto con su madre, se dejó intacto en el útero, y su posición, contraída, con las manos junto a la cara y las piernas cruzadas, es la propia de un embrión, según ha detallado el equipo del Proyecto de la Momia de Varsovia en los resultados de su investigación. Su edad ha podido estimarse midiendo el perímetro cefálico del feto, de 25 centímetros.

Tres imágenes del estudio de la momia.
Tres imágenes del estudio de la momia.

“La antropóloga que investigaba la momia estaba examinando la forma y tamaño de la pelvis, que es un indicador del sexo, y al observar de cerca las imágenes de la tomografía computarizada [que muestra imágenes transversales del cuerpo] y la radiografía vio alguna anomalía extraña. Al principio no estaba segura de qué era, pero entonces observó que una de esas anomalías tenía la forma de una pequeña pierna”, explica Wojciech Ejsmond, uno de los directores del proyecto. “Empezaron a examinarla con más detenimiento y pareció que la mujer estaba embaraza”, agrega.

La historia de la momia, que llegó al Museo Nacional de Varsovia junto a su ataúd y la caja de cartonaje –una cubierta decorada– entre 1917 y 1918, está rodeada de enigmas que le habían valido el sobrenombre de la Dama Misteriosa. El conjunto fue comprado en Egipto por el arquitecto y amante de la egiptología Jan Węzyk–Rudzki, y donado a la Universidad de Varsovia en 1826.

A partir de aquí, su historia se difumina. El lugar del hallazgo de la momia es incierto, y aunque Węzyk–Rudzki había asegurado en una carta a dos periódicos locales que procedía de las “tumbas reales de Tebas”, hoy los arqueólogos lo toman con mucha cautela porque en muchos casos las antigüedades se atribuían falsamente a lugares famosos para aumentar su valor.

Otro gran rompecabezas ha sido el contenido del ataúd. En el siglo XIX, el cuerpo fue apodado “la momia de una dama”, pero el nombre en jeroglífico que aparece en el féretro y el cartonaje se tradujo como Hor-Djehuty, que se cree que era un funcionario de alto rango durante la época ptolemaica (del siglo IV al I antes de Cristo). Sin embargo, los exámenes radiológicos más recientes han demostrado que el ataúd y el cartonaje se corresponden, en realidad, a una persona diferente a la momia, aunque existe la posibilidad de que procedan del mismo cementerio. Los investigadores especulan que la momia fue o bien colocada en un ataúd equivocado en la antigüedad, o bien que los anticuarios del siglo XIX la pusieron en un ataúd al azar.

El feto, por su parte, está rodeado por el tejido del útero, lo que dificulta hacer un análisis detallado, y el motivo por el que no se extrajo y fue momificado por separado sigue siendo un misterio. Los investigadores meditan ahora si podría deberse a que, al no haber nacido todavía, se pensara que era aún parte integrante del cuerpo de la madre, o que, debido a su tamaño y la dureza del útero, no pudiera extraerse sin dañar los cuerpos.

Un arqueólogo durante el Warsaw Mummy Project.
Un arqueólogo durante el Warsaw Mummy Project.

En este sentido, el hallazgo plantea un sinfín de interrogantes. “¿Cuál era el estatus de un niño no nacido en la religión del Antiguo Egipto? ¿Tenía alma? ¿Iba al otro mundo? ¿Era parte de su madre o era un ser independiente? ¿Por qué los antiguos embalsamadores no separaban al niño de la mujer? Estas son preguntas nuevas”, apunta Ejsmond.

“Este es solo el comienzo de la investigación, y la momia sigue intacta porque no hemos hecho ninguna investigación invasiva, así que de momento es una cápsula del tiempo”, avanza el arqueólogo. “Gracias a un equipo de última generación descubrimos esto. Y posiblemente haya otras momias así, porque la mortalidad durante el parto o el embarazo avanzado era alta en la antigüedad. Si se llevan a cabo más investigaciones”, desliza, “quizás se hagan nuevos descubrimientos”.

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