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Un ‘tinder’ para unir a mujeres y empresas

La plataforma SheWorks! gana el premio Equals in Tech 2019 por acortar la brecha de género. Así funciona en una de las regiones más desiguales del mundo

Christina @ wocintechchat.com
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Cuenta Silvina Moschini (Argentina, 47 años) que una aplicación como Tinder fue la inspiración para crear la plataforma que cuenta con 20.000 usuarias y por la que acaba de recibir un premio internacional. Para entrar en ella hace falta completar un perfil y pasar unos tests. “Funciona como las aplicaciones de encontrar pareja. Las empresas buscan los perfiles y todo es cuestión de matches. Es un juego”, bromea. "Y hay más posibilidades de encontrar pareja de trabajo o de vida con 20.000 mujeres que con tan solo cuatro".

La emprendedora creó hace dos años y medio SheWorks! Academy una plataforma de educación en línea para mujeres que ofrece entrenamiento en habilidades de la economía digital para la inserción en el mercado laboral. El proyecto activo en 65 países de todo el mundo, acaba de recibir el premio EQUALS in Tech 2019.

“Hija, tú puedes ser princesa, astrofísica, ingeniera, o lo que quieras. Pero si eliges la princesa, tienes que ser de las que construyen castillos”. Esto le dijo su padre a Silvina Moschini cuando era tan solo una niña. El galardón que acaba de recibir reconoce proyectos innovadores para reducir la brecha de género a través de la tecnología. Apoyada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), compañías como Facebook, Microsoft y Google participan en esta iniciativa junto a Naciones Unidas para cumplir con la Agenda de Desarrollo Sostenible de la ONU.

Silvinia Moschini recogiendo el premio Equals in Tech 2019, el 27 de noviembre en Berlín.
Silvinia Moschini recogiendo el premio Equals in Tech 2019, el 27 de noviembre en Berlín.ITU/K. Heller (Equals in Tech)

La princesa que quería construir castillos también quiso resolver un misterio. “No entendía por qué las mujeres se iban del mercado por culpa de una falta de flexibilidad y conciliación. El 51% abandonan su oficio al tener hijos y tienen que elegir entre familia y trabajo. Me pareció una absoluta paradoja en este mundo actual donde todo se mueve con tecnología”, explica Moschini. Por lo tanto, para solventar este problema “absurdo”, ofrece un sistema transparente de trabajo remoto para todas, con o sin hijos, en las grandes ciudades o en un pueblo perdido de Argentina. La academia educa a quienes no tienen la suerte de nacer en una ciudad llena de posibilidades o medios para ir a universidades. “Hacemos un análisis exhaustivo de datos para saber qué necesita el mercado y las preparamos para ello”, añade la experta.

Graciana Ricci, especialista en mercado laboral del BID destaca la necesidad de ofrecer a todo el mundo las mismas habilidades y apoyar particularmente aquellos colectivos vulnerables, en los cuales se encuentran las mujeres, que no tienen la posibilidad de acceder a una educación digital. "Lo que más nos preocupa son los grupos rezagados que no han podido aprender a utilizar la tecnología. Se abren nuevas oportunidades y es necesario que latinoamericanas sepan también venderse al resto del mundo y en el nuevo mercado", argumenta Ricci.

A Maricruz Tabbia le preguntaban siempre lo mismo. “¿Tiene hijos?”. Ella contestaba que sí, una niña pequeña. “¿Y cómo pretende ocuparse de ella mientras estará trabajando?

A Maricruz Tabbia (Argentina, 34 años) le preguntaban siempre lo mismo. “¿Tiene hijos?”. Ella contestaba que sí, una niña pequeña. “¿Y cómo pretende ocuparse de ella mientras esté trabajando? ¿Tiene alguien para cuidarla?”. Le acechaban con este interrogatorio en cada entrevista a la que se presentaba. “Nunca me volvían a llamar y sé que es porque acababa de tener un bebé”, argumenta. Tabbia vive en un pueblo pequeño “donde hay más vacas que personas”, cuenta con humor. Nunca había ni siquiera soñado con poder trabajar en recursos humanos en empresas como Pepsi y Mastercard viviendo en ese punto diminuto del mapa llamado Franck. “Es verdad que echo de menos el aspecto social de la oficina, pero me encanta poder trabajar con mi hija sentada al lado, poder llevarla al colegio y estar presente. Y sobre todo poder elegir donde vivo”, concluye.

En Colombia, el paro en mujeres menores de 25 años es del 24,1%, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Natalia Vargas vive en Bogotá y tiene 24 años. Solo tuvo una experiencia laboral antes de utilizar la plataforma de Moschini. En ese empleo le obligaban a llevar uniforme y no podía desarrollarse ni como profesional ni como persona. “Hacía un trabajo rutinario y, aunque no me haya sentido jamás discriminada por ser mujer, sí que me he sentido marginada por ser joven”, asevera. La mujer hacía fotocopias, trabajaba de ocho a cinco sintiéndose inútil porque, según relata, “era más importante aparentar que hacer realmente algo”. La trabajadora, ahora especializada en marketing y redes sociales, asegura que los hombres de su antigua empresa tendían a limitarle y que las mujeres en SheWorks! le hacen crecer. Su familia no entiende el concepto. "Pero se equivocan porque ahora sí que hago cosas y ayudo”, concluye.

Maricruz Tabbia y Silvina Moschini trabajando a través de la plataforma SheWorks!
Maricruz Tabbia y Silvina Moschini trabajando a través de la plataforma SheWorks!Endeavor

Yyannu Cruz, especialista en desigualdad de género del BID, asegura que en algunos países la brecha de género se ha incrementado. La mayor preocupación que resalta la experta es que las mujeres de su continente solo trabajan en oficios rutinarios y por lo tanto destinados a la automatización. "La tecnología les sustituirá. Es necesario mejorar sus capacidades digitales para que no se queden fuera", explica. Cruz insiste que las mujeres no han tenido acceso a una formación adecuada y en armonía con el desarrollo de la tecnología. "Hay que romper con los estereotipos de que las mujeres no son tan buenas que los hombres en el mundo digital. SheWorks! es una iniciativa que entra en esta dinámica, es el camino a seguir", concluye. 

La senda para acabar con la brecha de género

La brecha salarial en América Latina es uno de los principales desafíos para lograr la equidad de género. Este índice puede llegar a un 30%, según han alertado expertos que participaron en el Women Economic Forum (WEF) el pasado mes de agosto. Argentina entra en esta línea con un 27,5% mientras la media mundial no supera el 19% y España no alcanza el 15, según los últimos datos de la OIT.

“Somo peores negociando porque tenemos el síndrome de la impostora”, opina Moschini. Para ella, su "Amazon de talento femenino" va a romper con las fronteras, impactar el mercado y disminuir esta brecha profunda. El secreto de este éxito, según cuenta, es la transparencia de datos. “Poco a poco será más sencillo luchar por lo que es nuestro porque tenemos pruebas. Ya no merecerá la pena ni siquiera entrar en debates”, comenta.

La mujer hacía fotocopias, trabajaba de ocho a cinco sintiéndose inútil porque, según relata, “era más importante aparentar que hacer realmente algo”

Tabbia, que lleva trabajando con Moschini más de cinco años, ha visto mucho mundo, como dice, y oído muchos comentarios. “En mi día a día sigo viendo que se prioriza al hombre para los puestos de liderazgo y que ellos saben negociar más y mejor sus salarios que nosotras”, precisa. También oye cómo muchas y demasiadas veces se busca a un hombre antes que a una mujer. “Ella es excelente, pero ¿has visto? Está embarazada. Mejor un hombre”, es uno de los comentarios reiterados contra los cuales lucha.

Una de las películas favoritas de la emprendedora a la cabeza de SheWorks! es Figuras Ocultas, de Theodore Melfi (2016) y la utiliza como base para argumentar. “En esa obra fantástica se ve claramente que no teníamos sitio en las reuniones ni en el mercado laboral. Ahora todos tenemos que actuar, incluidos los hombres, para que ya no sea necesario hablar de ello. Nosotras hemos estudiado, luchado y avanzado, pero las reglas se han quedado atrás. Hace falta un poco más de tiempo”, concluye.

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