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La embajadora de Marruecos no volverá mientras dure la crisis con España

Rabat atribuye la pasividad de sus gendarmes en la frontera con Ceuta a “la fatiga tras las fiestas del fin del Ramadán”

Rabat -
Marruecos Alemania conflicto
El ministro de Exteriores de Marruecos, Naser Burita, en una comparecencia pública en enero pasado.Javier Otazu (EFE)

La embajadora marroquí en España, llamada a consultas el pasado martes a Rabat, “no regresará mientras dure la crisis, y la crisis durará mientras continúe su verdadera causa”, que es la entrada del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, en territorio español “en condiciones indignas para un estado de derecho” y su no comparecencia ante la Justicia española, declaró este jueves el ministro marroquí de Exteriores, Naser Burita, en una comparecencia restringida ante la prensa.

En la primera comparecencia de un responsable marroquí sobre la avalancha migratoria sobre Ceuta de los pasados días (unas 8.000 llegadas en menos de 48 horas), Burita dijo que esa oleada se debió “a un contexto de fatiga del dispositivo policial marroquí tras las fiestas del fin de Ramadán”, pero también a “la inacción total de la policía española”, que según él se despliega a razón de un policía por cada 100 agentes marroquíes en las zonas fronterizas.

Además, lamentó repetidamente “la campaña de hostilidad mediática” de los medios de comunicación españoles, públicos y privados, contra Marruecos mediante “la movilización de todos los medios con términos inaceptables y con intervención a veces de altos responsables”, subrayó.

Para Burita, “si hay crisis con España, es porque los españoles prefirieron coordinarse con nuestros adversarios y contra los sentimientos del pueblo marroquí” al acoger “a un acusado de crímenes de guerra [en alusión al líder del Frente Polisario]”, más allá de “todas las maniobras y astucias para desviar la atención”.

El jefe de la diplomacia marroquí aseguró que el retorno de la embajadora Benyaich a Rabat se decidió un día antes de que fuera convocada por el Ministerio de Asuntos Exteriores español y se quejó de que se la llamase “con solo 30 minutos de antelación”, lo que, a su juicio, constituye “un acto inédito e inhabitual”. Su Gobierno, agregó, “rechaza las intimidaciones basadas en clichés del pasado: el Marruecos de hoy no es el Marruecos de ayer”.

Burita aclaró que el malestar de Rabat con Madrid data exactamente del 17 de abril, cuando Brahim Gali ingresó en un hospital español con una identidad falsa y un pasaporte falso, aseguró. “¿Por qué no nos avisaron, ni siquiera 48 horas después? ¿No éramos socios importantes, vecinos, amigos?”.

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“Y si España no responde a nuestras preguntas, que lo haga ante su opinión pública”, continuó. “¿Por qué este señor no ha sido aún molestado por la Justicia española?” Esta lo ha citado a comparecer el próximo 1 de junio, visto su delicado estado de salud. “Las razones humanitarias [invocadas por España para acoger a Gali] nunca dictaron que se desactive la justicia”, insistió. “España debe explicar también a Europa cómo una mujer violada [supuestamente por Gali] debe esperar a que los ministerios de Exteriores de España y Argelia se coordinen” para encontrar una solución a su caso

Burita mostró su disgusto por la palabra “chantaje” pronunciada este jueves por la ministra española de Defensa, Margarita Robles: ”¿Chantaje? ¿Y por qué lo haríamos? ¿Con qué fin? No procedemos con chantajes, somos claros en nuestras posturas”.

“Nosotros no tenemos complejos, pero esta agresividad muestra que es España la que tiene complejos contra Marruecos”, afirmó. “En los últimos días hemos asistido a una hostilidad mediática inédita, hecha de bulos, instrumentalización, movilización de todos los medios, públicos y privados, con términos inaceptables como chantaje, agresión o país subdesarrollado”, dijo. “España nos mira con gafas del pasado, [pero] el arsenal mediático, incluso desde las cadenas públicas, no nos impresiona”, recordó..

“Europa”, aseguró, “no nos da ni el 20% del coste que asumimos para luchar contra la emigración clandestina”. La ayuda europea en 2020 la cifró en menos de 100 millones de euros, cuando el dispositivo de seguridad en torno a Ceuta “lo asume en un 99% Marruecos y en un 1% España. Ese es el verdadero coste de la buena vecindad”, recalcó.

“Nosotros hacemos el control migratorio por responsabilidad, pero el partenariado y la buena vecindad no pueden limitarse a la emigración y el terrorismo, eso es la agenda española. ¿Dónde está la agenda marroquí?, ¿dónde nuestras prioridades?”, se preguntó.

“No es nuestra imagen lo que me preocupa, sino su vehículo: esa agresividad mediática y política para manchar nuestra imagen”, que no es sino “fruto de viejos reflejos ya superados”, concluyó.

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