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Confederación, el partido ultra antiucranio que puede tener la llave del próximo Gobierno polaco

La formación critica el apoyo a Kiev y puede tensar aún más las relaciones entre Varsovia y Bruselas tras las elecciones del próximo 15 octubre

Acto electoral de Confederación el pasado sábado en Katowice (Polonia).
Acto electoral de Confederación el pasado sábado en Katowice (Polonia).Zbigniew Meissner (EFE)
Gloria Rodríguez-Pina

Al politólogo Aleks Szczerbiak solo le pesa una cosa de seguir las elecciones polacas del próximo 15 de octubre desde la distancia: no poder asistir en persona a un mitin de Konfederacja Wolnosc i Niepodleglosc (Confederación, Libertad e Independencia). “Son muy particulares. Como discursos motivacionales de emprendedores que buscan inspirar, y están llenos de gente joven vestida de traje”, explica por videollamada este profesor de la Universidad de Sussex. Confederación, como se le conoce, es un partido de extrema derecha antisistema que ha subido en las encuestas hasta el tercer puesto con un discurso antiucranio y libertario en lo económico. En sus manos puede estar la llave del próximo Gobierno polaco y decidir si el ultraconservador Ley y Justicia (PiS), en el poder, consigue un tercer mandato, o si es el turno de la oposición liberal, liderada por el partido de centroderecha Plataforma Cívica.

Confederación es una amalgama de tres movimientos ultras liderados por radicales que se unieron en 2018 para formar un partido. El primero es sobre todo nacionalista y se articula en torno a Krzysztof Bosak. El colíder de la formación, de 41 años, que participó en la edición polaca de Bailando con las estrellas, se ha convertido en la cara del partido en la televisión y los debates electorales. Después están los seguidores de Grzegorz Braun (56 años), un productor de documentales que promueve teorías de la conspiración contra Ucrania, los judíos, los homosexuales, los masones y las vacunas contra la covid. La tercera facción estaba liderada por Janusz Korwin-Mikke, conocido por declaraciones como que Hitler no sabía nada del Holocausto o que las mujeres deben ganar menos que los hombres porque son “menos inteligentes”. Pero este exeurodiputado, de 80 años, fue destronado por Slawomir Mentzen, de 36 años, el político polaco que, según el politólogo Szczerbiak, mejor maneja las redes sociales e internet, incluyendo TikTok.

Confederación, ultranacionalista, ha cuestionado las relaciones bilaterales con Ucrania por la limpieza étnica en la que murieron unos 100.000 polacos en Volinia, entre 1943 y 1945, un asunto doloroso en muchas familias polacas. El partido ha sacado provecho de la crisis diplomática que se ha abierto entre Varsovia y Kiev, hasta ahora fuertes aliados, por el veto a la importación de productos agrícolas ucranios, con mensajes como que Ucrania es una desagradecida y ataques al Gobierno, al que acusan de haber desarmado a Polonia para ayudar al vecino. También ha cargado contra la ayuda a los refugiados ucranios, un mensaje que ha calado y del que el Ejecutivo se hizo eco empezando a cobrarles el alojamiento.

En Bruselas observarán con atención el resultado electoral. Confederación es euroescéptico, aunque evita aclarar si está a favor de que Polonia permanezca en la UE. “Gestionar la política exterior con Confederación, incluso si apoya un Gobierno desde fuera, será muy difícil”, apunta Michal Baranowski, director ejecutivo de la rama del este de Europa del think tank estadounidense German Marshal Fund. Este analista añade: “Se opondrán fuertemente a la ampliación a Ucrania en el debate sobre el futuro de Europa y puede interferir con las reformas relacionadas con el Estado de derecho, especialmente las que permitirían a Polonia acceder a los fondos de recuperación bloqueados”. Las relaciones de Varsovia con la UE ya son tensas. Pero, como señala Anna Paczesniak, de la Universidad de Breslavia, estas relaciones “solo podrían empeorar” en un tercer Gobierno del PiS con el apoyo, externo o interno, de Confederación.

El partido ha centrado su campaña electoral en la economía. Anna Wokciuk, politóloga de la Universidad de Varsovia experta en populismo y autoritarismo, explica que son libertarios. Se trata “del neoliberalismo tradicional de la derecha llevado al extremo”, añade, y pone como ejemplo la propuesta para eliminar la Seguridad Social y que cada ciudadano reciba 1.000 euros para que se administre sus gastos sanitarios. En lo económico, detalla la experta por videoconferencia, compiten más con Plataforma Cívica, porque uno de los pilares de PiS son las políticas de redistribución de la riqueza con ayudas sociales, entre otros, a las familias y los pensionistas. Esa profunda diferencia dificulta cualquier acuerdo entre ellos, pero “hay que preguntarse si ese discurso neoliberal es real o una táctica electoral”, señala Paczesniak, en videoconferencia desde Breslavia.

En lo social, el partido es extremadamente conservador, más parecido a Ley y Justicia. “Es xenófobo y abiertamente antiucranio, y muy nostálgico del pasado: la familia, la patria, etc.”, desarrolla Wokciuk. Hay poco margen para estar más a la derecha de PiS en asuntos como el aborto, los derechos de las mujeres o el colectivo LGTBI, pero Confederación lo consigue en algún caso planteando prohibir la interrupción del embarazo, incluso en caso de violación o abogando por liberalizar la venta de armas. En inmigración se une a la que en realidad se ha convertido en “la narrativa hegemónica que defiende un mayor control de fronteras”, señala la politóloga.

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Krzysztof Bosak y Slawomir Mentzen en un acto electoral en Varsovia, en junio.
Krzysztof Bosak y Slawomir Mentzen en un acto electoral en Varsovia, en junio.Andrzej Iwanczuk/NurPhoto via Getty Images

Mentzen afirmó en 2019 que sus votantes estaban “contra los judíos, los homosexuales, el aborto, los impuestos y la Unión Europea”. Hoy asegura que aquello fue una broma y el partido intenta no hacer demasiado ruido en estos temas, centrándose en las propuestas económicas. Pero también en el apoyo de Polonia a Ucrania, donde han conseguido abrir una brecha aprovechando una cierta fatiga en la sociedad polaca.

Voto de protesta

“El primer principio de Jaroslaw Kaczynski [el presidente del partido y líder de facto del Gobierno] es no permitir que nadie ocupe el espacio a la derecha de PiS”, afirma Wokciuk. Tradicionalmente, Confederación ha aglutinado el voto de protesta, con en torno al 6% o 7% de papeletas. Este año, sin embargo, llegó a registrar un 14% de intención de voto en julio, y ahí el partido en el Gobierno empezó a verlo como competencia. “PiS empezó con su agenda y cierta retórica antiucrania en verano, especialmente en julio, en el aniversario de la limpieza étnica”, señala Wokciuk. “Ahora, con la crisis del grano, no solo se siente amenazado por Confederación, sino también por el partido agrario (PSL) y Plataforma Cívica”, explica.

El votante de Confederación es joven, predominante masculino. Tienden a vivir más en zonas rurales y pequeñas ciudades y están hartos de ver las caras y las peleas de siempre: Kaczynski contra el líder de la oposición, el ex primer ministro Donald Tusk. “Hay una base social real de votantes, sobre todo por sus propuestas relacionadas con el libre mercado, los recortes fiscales y de las ayudas estatales, la privatización de los servicios públicos, la reducción de la burocracia y la regulación…”, detalla Szczerbiak. Muchos son empresarios que ven el Estado como un estorbo, que no tienen hijos, no necesitan la educación, las pensiones y prefieren la sanidad privada. Estos votantes son liberales en lo social, en lo que se refiere al aborto, los derechos LGTBI, en contraste con sus líderes, pero se sienten atraídos por las propuestas económicas, asegura el politólogo.

Desde el pico de intención de voto en julio, Confederación ha caído hasta aproximadamente el 10%, según la media de las encuestas nacionales que recoge Politico. “Es posible, aunque no seguro, que tengan la llave de Gobierno”, afirma Wokciuk. “Casi seguro que PiS no va a tener mayoría”, añade. La cuestión es a cuánta distancia quede de los 230 escaños que necesita, subraya Szczerbiak desde el Reino Unido. Si son un puñado de escaños, puede intentar seducir a tránsfugas y el partido ultra será una buena cantera. Si son más, tendrá que lograr acuerdos, pero como dice Wokciuk, “Kaczynski es generoso cuando negocia”.

Los dirigentes de Confederación, como partido antisistema que son, han rechazado entrar en cualquier coalición de Gobierno. Aseguran que no quieren formar parte de un Ejecutivo del PiS, que lidera las encuestas con el 38% de apoyos. Tampoco con la oposición liberal liderada por la Plataforma Cívica de Donald Tusk —que este domingo ha convocado una marcha en Varsovia para impulsar el 30% de intención de voto que registra—, junto a La Izquierda y la coalición centrista Tercera Vía, que rondan también el 10% de intención de voto.

El director del German Marshal Fund cree que los líderes de Confederación “pueden estar más abiertos a apoyar una mayoría para un Gobierno de la oposición”. Plataforma Cívica estaría abierta a esta posibilidad, opina, pese a los propósitos de extrema derecha del partido. “Les mueve su deseo de desbancar a PiS del poder, de hacer una limpieza y echar a las personas leales al Gobierno colocadas en empresas estatales y la televisión pública. Podría ser la base para unas nuevas elecciones el año que viene”, explica por teléfono.

Szczerbiak también ve factible esta opción: “La oposición puede decir que la prioridad es recapturar el Estado”, aunque reconoce que “para La Izquierda sería más difícil”. “Si aparece Lucifer, serían capaces de firmar un acuerdo también”, bromea. La posibilidad de una repetición electoral podría estar detrás del ahorro en el gasto electoral de los partidos que están observando algunos expertos.

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