El camino no ha sido fácil, pero tampoco imposible, y más cuando el timón es la felicidad, "buscamos una idea de negocio que, a pesar del paso de los años, no nos decepcione y que nos emocione como si fuera el primer día", nos dijo en el 2015. Ya ha pasado casi dos décadas de su fundación y en Pacari la felicidad sigue siendo su filosofía empresarial. Barbotó fundó Pacari junto a su esposo, Santiago Peralta. Antes de ello, la pareja emprendió en otros negocios, como el de la exportación de flores orgánicas, del cual Barbotó aprendió el valor del esfuerzo y del fracaso, porque este proyecto les dejó cuantiosas pérdidas económicas. "Fue un shock", dijo. Iniciar en el negocio del chocolate era aventurarse y empezar de cero. Y así fue. Pacari inició en una pequeña oficina arrendada, con computadoras donadas. Como toda emprendedora nata, Carla apostó a seguir sus instintos y se jugó por los productos del Ecuador, de ahí que junto a su esposo visitaron ferias internacionales para promocionar productos orgánicos que solo en el país se pueden encontrar como panela, llantén, quinua... Conexión, gran acierto Barbotó es considerada una exitosa ejecutiva, mérito ganado gracias a su seguridad en la toma de decisiones. Para ella es fundamental el bienestar de sus proveedores y trabajadores. Una mujer de detalles Su personalidad se refleja en la construcción de marca y cuida a detalle la calidad del producto, desde la selección de la pepa del cacao, hasta la transformación a una barra de chocolate. Desde el árbol a la barra Pacari apostó por lo ecuatoriano y lo orgánico, su negocio es un modelo transparente en todas las fases de la cadena productiva, (desde el árbol a la barra) y prioriza al productor.